Típico Huerto con Hortaliza en Soportújar a fines de julio. |
Unos creen que ha sido el Espíritu Santo en forma de paloma. Otros opinan que ha sido el espíritu de un familiar. Y pocos creen que ha sido fruto de la casualidad. De cualquier forma, en el pueblo alpujarreño de Soportújar ha ocurrido un suceso muy extraño e insólito que está dando mucho que hablar y pensar.
Ocurrió el pasado lunes. Ese día, al atardecer, falleció uno de los 330 vecinos, Manuel Manzano Tovar, nacido en Cáñar en 1927. Cuando comenzó el velatorio en la morada del finado, se presentó en la puerta una paloma de plumaje gris muy misteriosa, y nunca antes vista. Llegó andando y no volando. La paloma quería entrar a toda costa a la casa pero varias personas se lo impedían.
Tanto insistió la paloma que no hubo más remedio que dejarla pasar. Cuando eso sucedió entró andando por el pasillo y se cobijó debajo de una silla. Creyendo algunos que estaba hambrienta, se le dio comida pero la rechazó. La misteriosa paloma duró poco en esta habitación. De repente se fue andando directamente a otra estancia, donde se encontraba la caja mortuoria provista de cristal.
Al verla, la paloma saltó a la cabecera del ataúd y allí permaneció quieta 12 horas mirando la faz de Manuel Manzano. La gente quedó impresionada. La noticia corrió como la pólvora y hasta los niños fueron a contemplar lo sucedido. El joven Miguel Samos inmortalizó lo sucedido con su cámara. Dicen que la paloma, que estaba anillada, cuando salió de la casa se fue andando calle arriba y cuando arrancó el vuelo desapareció como por arte de magia.
Un buen hombre
El ex alcalde de Soportújar, Manuel Samos, indicó ayer a IDEAL que su amigo Manuel Manzano había sido un hombre muy bueno. Tiene dos hijos, Miguel y José, que residen fuera; uno de ellos ha podido asistir al sepelio mientras que el otro no ha podido hacerlo por sufrir un accidente. Su mujer, Encarnación Gutiérrez era de Soportújar y falleció hace 11 años. Manzano trabajó en las minas de Asturias y a causa de ese trabajo contrajo una enfermedad. Le gustaba criar hortalizas para compartirlas con los vecinos y siempre estaba dispuesto a ayudar a sus semejantes. Su perra, que ha quedado triste y sola, era su fiel compañera.
Manuel era creyente y uno de los militantes socialistas más veteranos de este país. Sobre la misteriosa paloma dicen los vecinos que nunca antes habían visto algo parecido en el municipio.
El anciano falleció acompañado de su perro. Una vecina, Isabel Tovar, dijo que «la señora que lo atendía se lo encontró muerto. Yo entré en la casa enseguida y se encontraba sentado en su sillón. La perrilla permanecía junto a él. Sobre el caso de la paloma diré que hubo personas que hasta se persignaron al contemplarla encima del ataúd viendo la imagen muerta de mi vecino Manuel Manzano», afirmó.